Sunday, December 30, 2012

Un Año Nuevo...Iniciando.


¿Quién Soy Yo?

Mi nombre es Jon Herrin y soy presbitero en la Iglesia Metodista Unida (IMU). Comenzé a sirvir la Iglesia de Dios cuando tenía 28 años en los 90's. Despues de unos años como 'pastor tiempo-medio local', cumplí los requisitos de ordinación y en 2005 fui ordinado como 'presbitero en plena connexión' en la Iglesia Metodista Unida – Conferencia del Norte de Georgia.

Despues de sirvir 12 años en la iglesia de los EEUU, mi familia y yo nos mudamos a Venezuela en 2005 para ayudar en dar a la luz el movimiento metodista allá...y después a México (2008) para entrenar pastores y líderes para la bien-establecida Iglesia Metodista de México.

En el verano de 2011, nos mudamos de nuevo a los EEUU...casi. Nos ubicamos en la ciudad fronteriza de McAllen, Texas, en donde vivimos y trabajamos en la comunidad...de donde viajamos cuando podemos a México para asistir y ayudar en los ministerios en que nos involucramos cuando vivimos allá.

Mientras he luchado con que significa para ser un ministro ordinado en la IMU, he determinado quedar en este movimiento dinamico y creciente de la gente de Dios. Dios me llamó ser un instrumento de Su gracia por medio de enseñar y predicar la Palabra, de administrar los Sacramentos, de proveer liderazgo y orden para la Iglesia de Dios, y de sirvir a toda gente en el nombre de Dios.

Claro, las cuatro responsabilidades mencionados arriba son muy importantes, sino este blog se enfoque en la enseñaza y predicación de las Escrituras.

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Presuposiciones:

La Hora del Sermón en la iglesia local es la hora más importante de la semana.
La hora del sermón es cuando la mayoría de los congregantes están juntos; este es el tiempo en cuando el pastor tiene la atención de la gente; porque hay más gente presente y ellos están prestando atención, más cuidado-pastoral puede pasar en este momento que en cualquier otro momento de la semana. Por eso, la preparación del sermón es el quehacer más importante de la semana para el pastor.
Una vez yo estaba con un pastor joven en Venezuela y le pregunté, “Pues, ¿qué es el asunto de tu predicación mañana?” Me miraba un momento y me respondió, “Bueno, estoy pensando de predicar sobre el amor de Dios.” ¿En serio? ¿En el sábado en la noche? Si en verdad entendemos la importancia de nuestro llamado para proclamar las Buenas Noticas de Dios, no podemos estar buscando un sermón el sábado en la noche. O, sí, claro...he estado allá en esa situación en unas pocas ocaciones de mis 20 años de ministerio. Sin embargo, mi hábito y mi practica es comenzar mi preparación del semón en los martes. Trabajo duro cinco días en preparación de mis sermones...porque la hora del sermón es la hora más importante en la vida de la iglesia.

Pasando Tiempo en las Escrituras es Primero
Si vamos a predicar y enseñar la Biblia, debemos ESTAR en sus palabras día tras día, semana tras semana.
Unos pastores y maestros van a leer los libros de la Bibia, uno por uno, y permitirían cada libro enseñar, guiar, y formar sus vidas.
Unos pastores van a seguir el Leccionario Común Revisado o algo semejante...y permitirían estos lecciones enseñar, guiar, y formar sus vidas.
Y unos quizás van a usar una combinación de lecciones personales de las Escrituras y lecciones del Leccionario. Mi propia practica es seguir el Leccionario durante los tiempos muy especiales en el calendario ecclesiastico (El Adviento, la Navidad, la Semana Santa, el dominigo de Pentecostes) y seguir mis propios lecciones en el resto del año.

El Texto Determina el Sermón
Desmasiado, predicadores llegan a sus ideas...y después buscan un montón de versiculos o pedazos de versiculos para proveer respaldo a sus propias ideas. No es bueno. Debemos permitir el Texto, las Escrituras, a guiarnos en la dirección debemo seguir...debemos permitir la 'Palabra viviente' actualmente vivir y guiar nuestra predicación.
Por eso, vas a ver que soy proponente de la predicación 'expositiva'--enfoco en un pasage principal...lo estudio y 'desembaqueto' para descubir la aplicación del pasage a nuestras vidas y situaciones.

La Predicación ES una Respuesta
Mientras hay un resurgimiento de la idea que debemos 'predicar para una respuesta,' creo yo que debemos predicar COMO una respuesta. Un estudio del libro de Hechos revelará que en casi cada instancia de predicación el predicador es respondiendo a la situación o al asunto o a una emergencia. En que Hechos queda como 'el Libro de la Iglesia,' creo que el patrón está hecho que nuestra enseñaza y predicación debe responder a las necesidades actuales y/o percibidas de la comunidad de fe.

Si podemos aceptar la importancia absoluta del sermón en la vida de la iglesia, si pasamos tiempo diario en las Ecrituras, si permitimos que la Biblia nos habla y nos guia, y si reconocemos que nuestros sermones necesitan ayudar a la gente para responder a las sitacions actuales de sus vidas—civicas, morales, espirituales—entonces creo que vamos a tener sermones efecaces que revelan somos canales del amor y gracia de Dios para la gente que sirvimos.

En este blog, te invito caminar conmigo cada semana mientras desarrollo sermones que hablan a las vidas y situaciones de aquellos alrededor. Te invito leer y responder en el camino. Cada semana, voy a inciar un sermón y voy a editarlo durante la semana que puedes ver y seguir mis propias prácticas. Puedes tomar lo que quieres, lo que puedes utilizar en sus propios sermones. Todo aquí es para compartir con ustedes y ayudarlos en el gran arte y práctica de la predicación. Amen.

(Voy a ententar de seguir parallelo con mi blog en ingles: Practical Theology.)

Monday, December 3, 2012

Recuperar el sentido de la Navidad



¿Cuántas quejas oigo semana tras semana sobre la Navidad? 

“Ya perdimos la Navidad a las secularistas!” 
“¡Que lastima que la gente ya olvidaron que la Navidad es de Cristo y no de regalos y obsequios!”
“¿Cómo podemos recuperar el verdadero significado de la temporada?”

Las declaraciones y preguntas son justificadas, sin duda.  Ya hemos visto uno de los días santos importantes secuestrado por un mundo enfocado en haciendo compras, determinado a olvidar “el Razón” por el día, más interesado en fiestas y embriaguez.  Entonces, la última pregunta arriba es una buena pregunta—en verdad, ¿cómo podemos recuperar el significado del día para nuestra gente en la Iglesia?  ¿Cómo podemos ayudarles a entender las raíces de esta celebración?  ¿Cómo podemos ayudarles a vivir en las esperanza de esta temporada?

En realidad, la respuesta no es lejos ni difícil.  Bueno, no es difícil en hacerlo, pero ya veo que la misma iglesia que quiere responder a las quejas y a la situación es su propio impedimento en la situación.  Tenemos ya en la Iglesia universal e histórica una herramienta que sirve súper bien en combatir el secularismo de la Navidad entre los Cristianos.  Permítanme explicar….

Este domingo pasado, yo asistí a dos iglesias—una a las 9am y la otra a las 11am.  La primera fue una iglesia anglicana donde el pastor/ministro es amigo mío.  Me gusta visitar a veces para experimentar la riqueza de la liturgia, la conexión a la iglesia primitiva y tradicional.  La segunda es una iglesia independiente, contemporánea—una iglesia muy evangélica con el sabor de Willow Creek.  Mi familia y yo nos gusta la música y la predicación.  Lo que me dio cuenta, lo que me sorprendió es que los dos— de tradiciones en los extremos opuestos del espectro—los dos celebraron el primer domingo de Adviento.  El Adviento no fue solamente mencionada durante los cultos—el tema fue central de los cultos, de las predicaciones en las dos iglesias.


¿Adviento?  (También conocido como ‘advenimiento’)  Sí, el Adviento es el tiempo de preparación antes de la Navidad…un tiempo establecido por la Iglesia primitiva para prepararse por el llegada o venida de Cristo.  Unos han dicho bien que el Adviento es un tiempo de “espera expectante”, de “previsión optimista”, de “preparación alegre”.  Es una temporada para recordar la venida de Cristo pasado…y para recordar que Él viene de nuevo—la segunda venida…Y para recordar que Cristo viene a nosotros día tras día. 

Brevemente y sencillamente, estos son los cuatro domingos del Adviento.  El primer domingo es el domingo de Esperanza o Expectativa…y la lectura Bíblica es Isaías 9:2-6.  El segundo es el domingo de Preparación…y las lecturas Bíblicas son Mateo 1:18-25 y Lucas 2:1-7.  El tercero es el domingo de Gozo o Alegría…y la lectura es Lucas 2:8-20.  Y el final es el domingo de Paz y Amor…y la lectura es Mateo 2:1-12.

La Iglesia nos dio esta temporada como parte del ‘calendario eclesiástico’ o el año cristiano como herramienta para ayudarnos en mantener un espíritu correcto, un entendimiento verdadero, un corazón limpio durante este tiempo de la vida de la iglesia.

Sin embargo, ya vi en FaceBook y en otra medias sociales las temas y los títulos de pastores y seminaristas en mis queridos países de Venezuela, México, los EEUU y otros—y muchos no tienen NADA sobre la temporada por el domingo pasado.  ¿Cómo van a aprender los niños y los creyentes nuevos si no les enseñamos por medio de nuestros cultos y las predicaciones?  ¿Cómo podemos mantener o recuperar el significado verdadero de esta temporada si no guiamos a nuestra gente por medio de las Escrituras?  ¿Cómo podemos quejar y gritar sobre una Navidad ‘secular’ si somos determinados a rechazar una herramienta tan útil simplemente y solamente porque es “tradición”?

Mi esperanza es que todas iglesias en todas partes de todas denominaciones y tradiciones puedan tomar la decisión de utilizar este Adviento, esta temporada para enseñar, animar y recordar a su gente y a la comunidad.  Qué Dios les bendiga durante este tiempo de preparación en cuando esperamos con gran anticipación la venida de Cristo…a nuestro mundo, en nuestros corazones.  Y qué esta Navidad sería un tiempo para compartir su amor y el amor de Dios con los demás.  Amen.


Enlaces:

Wednesday, November 14, 2012

Los Sacramentos - Una Perspectiva Wesleyana - Paso Uno


De una presentación durante “La Semana Metodista” en El Seminario Metodista Juan Wesley, Monterrey, Nuevo León, México – Mayo 2011. 

Doy gracias a Dios por la oportunidad de expresar estos pensamientos…y doy gracias a mis ex-alumnos y amigos, Lic. Fernanda Casar Marfil y Lic. Valente Hisai Núñez por su ayuda en la traducción y expresión de mis ideas.

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LOS SACRAMENTOS –
En este ensayo, voy a tratar con Los Sacramentos.  Por mis estudios y mis experiencias llegué a entender que hay mucha gente confundida con el significado de los sacramentos.  Hay una falta de información…y un mal entendimiento.  En los siguientes ensayos, mi esperanza es proveer una perspectiva bíblica e histórica…y Metodista (Wesleyana).



La Primera Pregunta:   ¿Qué significa sacramento’?

          

“Sacramento” viene del latín ‘sacramentum’ y es una palabra utilizada en las escrituras en latín como ‘traducción’ del griego ‘mystêrion’ (misterio).  Entonces, es con razón que enfrentamos dificultades cuando tratamos a discutir los sacramentos—¡son misterios!   En verdad, hay algo misterioso acerca de los sacramentos…y esto vamos a discutir más adelante.

Podemos decir que cualquier cosa “sagrada” tiene elementos de un sacramento.  En la larga tradición de la humanidad, un sacramento se ha entendido generalmente como “un señal terrenal (visible o física) que tiene un sentido o significado celestial.”  Lo importantes aquí son las ideas de ‘terrenal’, ‘visible’ y ‘física’.  Siempre, un sacramento es algo experimentado por los seres humanos.  Entonces, claro, tiene que ser algo—en parte o por lo menos—terrenal, visible y/o físico.  En otras palabras, algo de nuestra realidad toma un significado o efecto de otra realidad—la realidad ‘celestial’ o divina.  Esta es parte del misterio….

En la Biblia y entre la gente de Dios más específicamente, un sacramento es una  referencia a las señales o pactos dados por Dios, las acciones son realizadas en fe para confirmar o reafirmar la fe.  En el Antiguo Testamento (A.T.), encontramos la circuncisión y la Pascua (estos también vamos a discutir pronto).  En el Nuevo Testamento (N.T.), encontramos el bautismo y la Santa Cena.  ¿Hay más?  Depende a quién le preguntemos.


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Por ahora, regresemos a esta palabra y lo que encontramos en el Nuevo Testamento: ‘mystêrion’.  Esta palabra se refiere generalmente a las cosas escondidas de Dios que no podemos conocer sino por su revelación.  Es decir Dios tiene que revelar la idea, el significado o el elemento escondido.  Específicamente, el N.T. utiliza mystêrion (misterio) se usa en el contexto de la encarnación, de la Palabra reveladora de Dios en Cristo Jesús (la Encarnación)…y en el contexto de la encarnación y su crecimiento dentro de los creyentes (la Iglesia).

Parte de este misterio es que somos afectados por Dios por medio de un acto o un elemento ‘terrenal’, ‘visible’ y ‘físico’.  Y no somos afectados en cualquier manera—es un efecto positivo, un efecto bueno.  Cuando Dios nos impacta así, usualmente decimos que hemos experimentado el amor de Dios…o la gracia de Dios.  Como Metodista, yo sé qué significa ‘gracia’ – “La gracia de Dios es su amor—no merecido, no ganable—que Dios nos muestra; un acto, una expresión, una experiencia del favor y/o amor de Dios.”  Entonces, hay una conexión entre los sacramentos y la gracia de Dios.  Los sacramentos son parte de los “medios de gracia”, las formas en que conocemos y experimentamos el amor de Dios.  


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Pensando en los Sacramentos, ya hemos visto que los sacramentos son asociados con señales, actos de Dios, cosas visuales, cosas palpables (que se pueden tocar), y elementos terrenales.  Dicho esto, creo que ya estamos a punto de proponer una definición.  No es mía—es algo enseñado en muchos institutos bíblicos y seminarios:

Los Sacramentos son señales externas y visibles de una gracia experimentada interna e invisible.

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¿Cuántos Sacramentos son?

Bueno, eso depende de a quién le pregunte.  Las Iglesias Católica Romana, Ortodoxa Oriental y Ortodoxa del Occidente reconocen SIETE sacramentos:


El Bautismo

La Comunión o la Santa Cena

La Confirmación
El Matrimonio
La Ordinación
La Penitencia
La Unción
Unos grupos bautistas (y anabaptistas) reconocen aun otro como sacramento:

El lavado de pies
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La gran mayoría de los protestantes y los evangélicos reconocen y practican dos sacramentos:

El Bautismo

La Cena del Señor















¿Por qué solo estos dos?

Lutero cambió todo en el siglo XVII (durante la Reforma) por su descripción o definición de los sacramentos:

Martín Lutero describió un sacramento como un acto o rito:

1.  …Establecido o instituido por Dios sí mismo…
2.  …en que Dios sí mismo ha unido Su Palabra de promesa con los elementos visibles…
3.  …Y por cual lo ofrece, da o sella el perdón del pecado que ganó Cristo en la cruz.
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Entonces, gracias a Lutero y su descripción de los sacramentos, tenemos los dos y nada más.
Para evitar confusión (para separarse, también, de aquellos que dicen “sacramento” pero refieren a los siete) unos grupos (bautistas y otros grupos ‘separatistas’) dicen “ordenancias” o algo semejante…con referencia a las prácticas supuestamente ‘ordenadas’ por Jesucristo.
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Entonces, un sacramento es una señal externa y visible de una gracia interna e invisible.
Los sacramentos son relacionados a los misterios del Nuevo Testamento.

Unos dicen que los pastores (los ordenados) en verdad son los mayordomos de los misterios de Dios (las ordenancias).  Esta idea no está expresada directamente ni claramente en el Nuevo Testamento.  Sin embargo, la mayoría de las denominaciones protestantes/evangélicos entregan esta responsabilidad a los pastores, los ministros, los ancianos de la iglesia…gente—hombres y/o mujeres—separadas por la iglesia como líderes espirituales de la iglesia.

En la Iglesia Metodista, los pastores/ministros y los diáconos son concedidos la autoridad para administrar los sacramentos de la iglesia.  La administración de los sacramentos siempre es un acto abierto—nunca cerrado, privado.  Cuando administramos los sacramentos en casos o situaciones especiales (en el hospital, en casa de los enfermos, en momentos de emergencia) traemos con nosotros alguien de la iglesia para servir como testigo del momento…y los más testigos, lo mejor (pero ¡no queremos empacar 26 personas en el cuarto del hospital!  Utilizamos el don del razonamiento….)

FIN de Paso 1 


(Si tiene preguntas o dudas, por favor mándamelos por medio de ‘comentarios’. )
 


Wednesday, October 3, 2012

Traducción y las Escrituras


 Todas teorías razonables y rigurosas del lenguaje revelan que una traducción perfecta es un sueño inalcanzable.” (Umberto Eco in _Experiencias en Traducción_, 2001)

Para comunicar exactamente lo que dijo alguien, necesitaría utilizar no solamente las mismas palabras sino el mismo ritmo, las mismas inflexiones, la misma postura y las mismas expresiones faciales porque todos de estos influencian y son parte del mensaje expresado.  Y, esto es lo que es necesario solamente cuando quiero comunicar el mensaje adentro un contexto de un lenguaje común; imagínate lo que es necesario para ‘traducir’ el mismo mensaje por otro idioma que no tiene los mismos modismos, metáforas, contextos, etc.

Ahora, cuando saltamos a la cuestión de traducción bíblica, podemos ver claramente o podemos entender la gran dificultad de traducción.  En el mundo de traducción bíblica, no solamente estamos traduciendo palabras entre idiomas sino estamos intentando cruzar barreras y abismos de cultura y de tiempo y de geografía.  La obra no es fácil…ni exacta.

Por eso, ¿Cómo podemos decir que una traducción de la Biblia es la correcta?  Si estamos leyendo cualquier Biblia no escrito por el autor ni escrito en su idioma original, estamos leyendo una traducción…y ya hemos visto las palabras de Eco arriba que “una traducción perfecta” no existe.  ¿Qué hacer o decir?  ¿La Biblia es falsa, incorrecta?

NO.  Cuando tenemos la Biblia en mano, tenemos la Palabra de Dios—algo viviente, algo permanente, algo que no cambia.  ¿Pero en cual sentido?  Ya dije que hay cambios en traducción--¿Cómo puedo decir ‘no cambia’ cuando ya dije que si hay cambios? 

En el proceso de traducción, la meta no es conservar las palabras exactas—la meta es conservar y preservar EL MENSAJE.  Quizás los traductores utilizarían una palabra diferente para describir algo…quizás los traductores utilizarían un frase más entendible para nosotros en el Siglo XXI en vez del original en el griego, hebreo o arameo que no tiene el mismo sentido para nosotros hoy en día. 

Por eso, mis copias de la Biblia--RV60, NBLA y NVI—son traducciones correctas aunque no tienen las mismas palabras—el mensaje sagrado no cambia.  También, mis Biblias en inglés—NIV, NASB, NRSV—son traducciones correctas—el mensaje sagrado no cambia.  En verdad, por el propósito de estudiar y para formar sermones, me sirve mucho y bien colocar mis Biblias—inglés y españoles—abiertas en mi escritorio y comparar los pasajes para ver como los grupos de traductores diferentes siguieron el impulso del Espíritu en su obra de traducción.

Hoy en día, nadie…NADIE…tiene las Escrituras en sus formas originales.  Lo que tenemos son traducciones…hecho por gente de Dios de siglos, culturas, geografías e idiomas diferentes…pero cada gente con el propósito de conservar, preservar y transmitir EL MENSAJE del amor de Dios a la siguiente generación.

Cuando reconocemos el valor y la utilidad de todas las traducciones, podemos extraer y explotar (en lo mejor sentido) las páginas de todas sabiendo que el Espíritu de Dios habla hoy.  La Biblia es la Biblia.  Ni una traducción es ‘más correcta’ de la otra.  La traducción correcta y mejor es la traducción que nos permite entender claramente el mensaje del amor de Dios.