Tuesday, June 30, 2015

Recordando Nuestro Quehacer Pastoral*

1En la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por Su manifestación y por Su reino te encargo solemnemente: 2 Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha (toda) paciencia e instrucción. 3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, 4 y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos (a las fábulas). 5 Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio.
II Timoteo 4:1-5, NBLH

En ésta carta, Pablo está escribiendo una palabras a su hijo en la fe, a un pastor joven, para ayudarlo en seguir el camino de fe y en cumplir su llamado. Son palabras para nosotros también.

Predica la palabra.”  Nosotros hoy en día automáticamente entendemos ‘la Palabra’ como ‘la Biblia.’ Pero, aquí Pablo indica mucho más—porque en el tiempo de escribir ésta carta no existía la Biblia…ni aun el Antiguo Testamento como un libro.  En el Nuevo Testamento, ‘la Palabra’ refiere la mayoría del tiempo al mismo ‘Palabra’ que encontramos en Juan 1:1 (allá traducido en español como ‘el Verbo.’)  La Palabra, el ‘Logos’ refiere a Jesucristo sí mismo.  Entonces, el primer consejo de Pablo a su hijo—y a nosotros—es ‘¡proclame Cristo!’

Insiste a tiempo y fuera de tiempo”…es un llamado a quedar firme en nuestro intento. Debemos persistir en ser fiel a nuestro llamado si en el momento nos conviene o no, si sea oportuno o no. Debemos entender que nuestra vocación, nuestro ‘trabajo’ no termine cuando salimos del púlpito. Somos pastores en el templo, en los negocios, en las calles.

Amonesta, reprende, exhorta con mucha (toda) paciencia e instrucción.” Aquí, Pablo nos llama a una vida de equilibrio. Debemos cumplir nuestros quehaceres con mucha paciencia e instrucción. Interesantemente, el griego que se traduce ‘instrucción’ no se refiere a palabras sino a las acciones. Instruimos por medio de nuestras acciones, nuestro estilo de vida. En palabra y en acciones, debemos vivir como ejemplos de la fe.

“Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, 4 y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos (a las fábulas).”  “Sana doctrina.”  Guau.  Sí, mis hermanos, ésta es muy importante porque ya vemos movimientos en nuestros propios países y en nuestras propias iglesias hacía el error.  Somos Cristianos—gente del Nuevo Testamento, el nuevo pacto en Cristo Jesus.  Él y Su mensaje debe ser nuestro mensaje.  Somos metodistas—una gente de gracia, una gente que se trata de vivir e involucrarse en un ministerio y evangelismo de palabras y de obras. Ya vemos pastores, líderes e iglesias experimentando con o ya practicando doctrinas falsas de prosperidad, legalismo, espiritismo.  Sana doctrina, hermanos—si no estás contenta en el rebaño metodista, busca otro pasto, por favor; no trata de corromper lo que tenemos para agradecerte tú mismo. Debemos estudiar nuestra doctrina, predicar nuestra doctrina y practicar nuestra doctrina.

“Pero tú, sé sobrio….”  Sé prudente.  Mantenga el equilibrio entre corazón y cerebro. Toma decisiones--por la congregación y por ti mismo--cuidadosamente.

“…Sufre penalidades….”  ¡Ya Pablo sabía de los comités de la iglesia! En serio, el sufrimiento es parte de la vida. Nuestro Señor lo nos prometió que si seguimos a Él vamos a sufrir.

“…Haz el trabajo de un evangelista…”  Por Dios, proclame el evangelio…las buenas nuevas…las buenas noticias del amor, del perdón, de la gracia de Dios.  Cuando los hermanos salen de nuestras servicios/cultos, no deben sentir golpeado…deben salir refrescado, renovado por oír las buenas noticias de Dios.

“…Cumple tu ministerio….”  Una iglesia reconoció la obra de Dios en tu vida. Un obispo te encargo con el cuidado de una congregación de creyentes y con un área geográfica (una parroquia) en donde debes brillar como la luz de Dios. Nuestro trabajo, hermanos, es para estar en las vidas de los demás…en las calles de nuestras parroquias…mientras vivimos una vida cristiana, cuidando nosotros mismos y a nuestras familias.

La vida ministerial sí puede ser un cargo. Tiene sus dificultades. Hay momentos en cuando nos sentimos sumamente aislado, malentendido.  Podemos enfocarnos en las pocas negativas.  O, podemos enfocarnos en nuestro llamado por Dios.  La vida ministerial es una aventura—tenemos la oportunidad única de participar en la gran misión de Dios hacía al mundo; tenemos un parte en crecer y levantar Su Iglesia, en buscar e invitar a los incrédulos y los perdidos a conocer y experimentar el amor y gracia de Dios en Cristo Jesús.

Hoy podemos iniciar un capítulo nuevo en nuestras vidas.  Hoy comenzamos a escribir un historia nueva…una historia de aventuras, de gozo, de relaciones, riesgos tomado por Dios. Que sea una historia de pasión, de risas, de lágrimas, de buenas bienvenidas y despedidas, de éxitos, de retos, de metas. Más que todo, espero que nuestras vidas serien historias de fidelidad a nuestro Dios y a Su llamado en nuestras vidas.

Que Dios nos bendiga y nos fortalezca, mis hermanos pastores.  Amen.

Hno. Jon Herrin
Pastor, Primera Iglesia Metodista de Rio Grande City, Texas.

* Predicó éste pasaje y sermón en el culto de graduación del Seminario Metodista Juan Wesley, Junio 2012.


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